La protección de un Derecho Humano incide invariablemente
en la protección de los demás. La privación de un derecho humano sobre otro no
es posible diferenciar o ponderar de manera generalizada en su reconocimiento
no es posible porque es la base de todo ello es la integridad de la persona.
Reconocer el concepto, reconocer la naturaleza de los Derechos Humanos nos debe
de llevar a la garantía de los mismos, al compromiso de poder, indudablemente,
a una mejor convivencia de toda persona con todas las personas, en el entorno
que le corresponde.
Los Derechos Humanos son
inherentes a todos los seres humanos, no importa la raza, sexo, nacionalidad,
etnia, lugar de residencia, religión, lenguaje, edad. La dignidad es sumamente
importante, está por encima de las consideraciones positivistas, debido a ello
nadie puede sobreponerse a alguien más, pues está quebrantando los derechos del
otro, no es válido.
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